martes, 28 de febrero de 2017

La furia del mar

Las salvajes olas se estrellan contra las rocas de un inquebrantable acantilado, 
claman por su libertad,
las aves no entienden su furia
desconocen su realidad.

Pero el cielo, 
¡oh ese cielo! que siempre en el mar se refleja
sabe de su mal,
y el gris que le muestra 
le acompaña con sinceridad.

Entiende lo que es sentirse fuera de lugar
en un intento por adaptarse
sin lograr calma, 
sin obtener equilibrio que le de paz.

Invisible e implacable
el viento siempre actúa,
obliga al mar a corregir su rumbo
a mantenerse firme en su lucha.

Y tras el furioso estallido que junto al cielo revela,
una ola, el cielo parece alcanzar,
un cuervo sobrevuela el acantilado
y en una rama seca parece reposar,
observa fijamente la espuma,
cuando el cielo comienza a llorar.







2 comentarios:

  1. Si no te conociera, diria que ese poema es propio del romanticismo alemán. Muy épico en términos de bravura de la naturaleza mientras el ave negra contempla el espectáculo natural :D

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    1. Muchas gracias amigo, desde luego nunca lo había visto de ese modo, pero me alegra conocer este nuevo punto de vista. Saludos.

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