Anoche se me perdió la mirada
entre recuerdos malditos de tu piel,
entre las sábanas frías por tu despedida
hasta otra vida en la que te vuelva a ver.
Anoche acaricié tu recuerdo,
cada suspiro entregado a la nada
me dolía un poco más,
mi alma sentía como te alejabas
mordiendo tu ausencia como a la manzana envenenada.
Mira las fibras de tu piel
la mía está hecha girones con sabor a hiel,
si no es tu recuerdo el que me mantiene viva,
que sea las esperanzas las que me motiven.
Los gatos negros maúllan a la luna,
parecen llamarte otra vez,
nuevamente no hay respuesta
moriré otra noche para encontrarme junto a ti,
en mis sueños aún vives
por eso respiro hoy.