Los violines suenan entonando una canción
el ambiente se torna triste, el piano acompañó,
a sendas melodías que a su piel cautivó
los cuervos vuelan libres
dedicando el último adiós.
Por desiertos valles sollozan los pájaros
cortando el aire en su trayecto,
el tiempo transcurre despacio
las rosas se marchitan a su paso.
Más por una eternidad descansarán
esperando por siglos a Wendoline,
en ese espacio encontrará el lugar
en el que eternamente le espera su fin.
En mi cuello llevo el sudario
que en el corazón ella llevó,
las gárgolas sabrán de su delirio
aunque entre susurros me lo confesó.
“Mi alma desnuda espera por ti
por una caricia, recuerdo sin fin,
y la dulce melodía que mis sentidos cautivó
alberga sueños a los que un día me negué yo”
Los ángeles pétreos tienen sueño
aún así la esperarán
pues saben con acierto
que ella acudirá.