domingo, 28 de julio de 2013

El pulso del ángel negro


He oído al viento rasgarse por las alas de un ángel
ha sido como sentir el filo de una daga atravesándome fríamente,
desde lo alto de la azotea diviso las posibles caras de la muerte…
Sé que no sentiré dolor, ya que helada en mi interior me hallo.


Mi pulso inquieto junto con mi mente me juega malas pasadas,
mi corazón bombea tres veces más rápido por saber que ya no será lo mismo.
Si quedaba un atisbo de vida en tu interior yo, la mano que juzga a ciegas te he arrebatado
la pequeña posibilidad de mantenerte de pie frente a la cara de la muerte…


Nuevamente está ocurriendo… creí que formaría parte de mi pasado más no de mi presente,
soy dañina… daño inconscientemente a quien quiero
creí que había llegado al final, pero mi pulso tembloroso me recuerda que
el mal que un día vivió en mi no se ha ido,
solo estaba esperando el momento para salir y ese momento ha sido hoy.


Desde aquí arriba todo parece insignificante y efímero,
todo salvo tú, que te mantienes en mi cabeza como un castigo por haberte herido.
¿Qué debo hacer ahora? ¿Qué se supone que es lo mejor para ti?
el aire agita mi pelo por momentos, como latigazos en mi cara…
Sé que ya no habrá mañana, que hoy ha sido mi último día si es que he tenido alguno.


Siento esos ojos nuevamente vigilándome, ya sé lo que esperan…


Mi labio agrietado sangra… el sabor a óxido posiciona mi mente en el supuesto
de que mi cuerpo tocase el asfalto repentinamente… pero debo evitarlo, irónicamente por ti,
por tu bien.


Ahora cerraré los ojos deseando sentir tu respiración en mi hombro como ayer,
como si nada hubiese sucedido, más sé que será un sueño
porque al despertar, ya no serás totalmente tú,
ya no estarás conmigo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario