martes, 21 de julio de 2015

La cala del adiós

En el caos de mi locura
vive un corazón hecho pedazos,
cuan músculo en días pasados
brillaba con fulgor,
es por eso que hoy anhelo
el sentimiento vibrante
que iluminaba mis ojos en aquellos días
con tanta pasión.

La llama de una vela
junto a una cala que se marchita
es el recuerdo que él dejó,
un ángel maldito de sentimientos vacíos
y negrura en su mirada,
me dio la espalda y desapareció.

Los días pasan desde entonces
en ésta habitación,
amanecen grises y en mis adentros
ya no escucho el trinar de la alegría
ni siento brillo en mi interior.

Una foto envejecida
perdida en la profundidad de un cajón
recuerda con tristeza implacable
felices momentos que compartimos los dos.
Dando un portazo a la esperanza
escucho mi canción,
el sonido agudo del violín despide a mi alma,
mi cuerpo cae por el balcón.

Desoladora la estampa,
solitaria en el caserón,
solamente los cuervos
sabrán de esa razón.



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