domingo, 26 de julio de 2015

Verdugo de mis sueños

Dejo libre a mi locura
esa que normalmente se comporta,
hay días en los que de mí se ríe
y otros en los que me vuelve loca.

Soy el verdugo de mis propios sueños
quien acaba con mis alegrías,
soy la cara y la cruz de la moneda
según el día.

Las cadenas que me atan
no son suficiente,
aún tengo movimiento
y me abrasan lentamente.

El titiritero que las sujeta
pronto ya se cansará,
pues su fin se acerca
la muerte le viene a buscar.

En la hoguera de mis sueños
arden fuerte mis impulsos,
pesa más la voluntad fuerte
que un amor moribundo.

En un rincón de mi casa se desprenden
insulsos pétalos de una rosa que se marchita,
sin olor ninguno,
sin recuerdos que persistan.



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