miércoles, 29 de abril de 2020

Nana


Bello lugar de descanso 
que mis restos cobija, 
acompañados de ángeles
que a través del tiempo me cuidan.

Es con el paso de los años, 
que estos se descomponen, 
mientras mi alma canta 
eternamente dos canciones; 

Una, 
la nana que mi madre me cantaba 
arrullándome en sus brazos, 
la otra era alegría y encanto, 
frente al espejo 
mientras mis rizos admiraba, 
las notas de su boca salían 
mientras me peinaba. 

Mi mirada se perdía en el camafeo
que siempre su cuello vestía,
y su tranquila respiración
siempre me dormía.

¡Oh, eterno sueño!
Triste desolación,
que tan joven he muerto
sin haber vivido tan siquiera
mi primer amor.





No hay comentarios:

Publicar un comentario