Vuela
libre la brisa
caprichosa
a su compás,
sonríe
dulce la amargura
por
saber que no estás.
Que
los días pasen livianos
no
es sinónimo bienestar,
pues
en su interior habitas a través de los siglos
aunque
sabe que no volverás.
¡Oh,
bella doncella!
Gime
el príncipe entre las sombras
rodeado
de gárgolas de fría piel
y sentimientos ausentes.
¿Qué
sería de mí
si
no hubiese sabido de tu existir?
No
sería vida feliz
pues
tú me diste la felicidad y te la llevaste de la misma manera.
¿Qué
sería de mi si no recordase tu sonrisa,
que
brillaba como luna llena?
¿Qué
sería de mí?
Es
hora de irse a dormir,
a mi morada me retiraré
y soñaré por otros mil años
que
a tu lado siempre estaré.
¿Qué
sería de mi
sin
recordar tu latir,
el
calor de tu cuerpo
y
tú forma de sonreír?
¿Qué
sería de mí?
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