viernes, 9 de diciembre de 2016

La chispa de la vida

Que efímeros somos
en este mundo singular,
derrochamos nuestra vida
quejándonos sin parar.
Lloramos y pataleamos
en vez de pelear,
de dar guerra con buen término
para alcanzar la felicidad,
pero no,
preferimos el lado opuesto
la cara oculta de la vida,
peleamos, gritamos, y no curamos las heridas.
Vivimos viendo llover,
en vez de ver el sol,
vivimos llevando una carga
que a veces parecen dos.

¡Cambiemos eso, te pido!
por llevarnos serenidad en el corazón,
por saber con certeza
lo felices que fuimos los dos.
Que los esfuerzos que hicimos
no se queden en un adiós,
que los esfuerzos nos deje felicidad, calma y amor.

Vivamos lo que nos queda de vida
sin dejarnos la piel herida,
cuidándonos el corazón,
vivamos de verdad mi vida
que los recuerdos que dejemos en esta vida
los guardemos con amor,
y que al partir uno de los dos
nos quede la conciencia tranquila
de que el otro feliz vivió,
en su juventud y hasta su último suspiro
la chispa de la vida,
haga latir el corazón
herido por la partida de quien sólo en este mundo quedó.



4 comentarios:

  1. Una gran demostración del Tempus Fugit

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    1. Creo que me he dejado sentimientos y palabras en el tintero, pero el mensaje es ese.

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  2. Muy bien compi, anuncias que no es tu estilo habitual y un servidor puede dar fe de ello. Has apartado un poquito el mundo gótico, es más, en este poema lo has dejado de suplente, pero me ha gustado mucho. Besitos sevillanos.

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    1. Gracias por comentar Jorge, siempre veo tus comentarios y me alegran mucho :)

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