Siempre escuché de los gatos que tienen el poder de
ver a los espíritus, de absorber la energía negativa de los humanos, e incluso
en ocasiones cumplen un deseo a un humano cuando éste lo desea con el alma. Poseen
ese misterio que a los humanos nos atrae tanto, nos fascina y no terminamos de
entenderlos totalmente. No sé si fue esto último lo que atrajo a Anubis a mi lado, pero sea lo que
sea, estaré eternamente agradecida ya que, su presencia a mi lado aporta una
paz jamás imaginada…
Recuerdo el día en el que Anubis llegó a mí. Fue una temprana y soleada mañana
de miércoles. Yo dormía, cuando inesperadamente comencé a escuchar un dulce y
repetido maullido que logró despertarme; Aún somnolienta me froté los ojos y
presté atención para asegurarme de que no estaba soñando, que era real y me
quedé inmóvil aguantando la respiración…pero no escuché nada. –no fue más que
un sueño- me dije. Me acomodé y traté de continuar durmiendo. Apenas comenzaba
a entrar en calor, los maullidos volvieron; ésta vez lo había escuchado
claramente, así que cuando mis pupilas se acomodaron a la clara luz, corrí a la
ventana y de entre el pasto verde, asomó saludándome un hermoso gato blanco con
la voz más dulce que en mi vida he escuchado, ojos miel y una dulzura inmensa
en su pequeño cuerpecito, y es desde ese momento que Anubis se quedó a mi lado.
Los días transcurrían de forma rutinaria, pero la
presencia de Anubis portaba
algo diferente. Lo que me sorprendió, fueron varios eventos puntuales de los
quehaceres diarios como estar haciendo la cama y ver por el rabillo del ojo a Anubis pasar tras de mí cuando aún estaba en la calle, ordenar la cocina y verlo etéreo caminando casi
majestuosamente por la encimera o verlo caminando junto a mis pies, casi
haciéndome tropezar cuando en verdad no estaba ahí…no son más que ejemplos de
la magia de mi gato.
Bueno, le digo mí gato pero en verdad él me ha
elegido a mí, soy su humana, y aún no me explico el porqué de su decisión.
¿Habrá tenido que ver el deseo que pedí semanas antes de su aparición
despertándome en mi ventana? Recuerdo de aquel momento en el que deseé un
compañero felino; tenía los ojos cerrados y sólo sentí la inmensa necesidad de
que apareciese uno en mi vida, en mi subconsciente pude ver que en mi corazón
faltaba esa compañía, que aún quedaba un enorme hueco por llenar, y no mucho
tiempo después, llegó Anubis. Y si estoy en lo correcto y vino a mí para
concederme ese deseo, he de aprovechar cada instante, ya que sé que tendrá
fecha de caducidad, ya sea que al lograr su objetivo, que es mi felicidad, deje
el mundo en estado físico y de ahí vengan estas ‘visiones’ o por el contrario,
termine atropellado en medio de la carretera, o atacado por un perro…son los
riesgos de adoptar un gato callejero, no puedes encerrarlo en casa.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar